El
puente Tacoma Narrows (en Seattle), uno de los más largos de Estados
Unidos en su tiempo, es el clásico ejemplo de los fallos que ha tenido la
ingeniería. Medía 1600 metros de longitud, con una distancia de 850 metros
entre los soportes.
El
puente ha sido construido dos veces, debido al famoso derrumbe de la primera de
sus construcciones; un colapso estructural desastroso que produjo el viento al
manifestarse el fenómeno físico llamado aleteo, que fue producido por la resonancia
mecánica creada por los remolinos del viento.
La
resonancia mecánica consiste en que un cuerpo en reposo con capacidad para
vibrar, entra en contacto con una fuerza periódica cuyo periodo de vibración
coincide con el de dicho cuerpo, por las características que tengan sus
materiales y la circunstancia en que se encuentre. El recurrente ejemplo del
vaso que se rompe a causa del canto de una soprano, que alcanza y mantiene la
frecuencia de resonancia de aquél, es ideal para representar este fenómeno de
manera gráfica.
Lo que
ocurrió fue que dicha resonancia comenzó a producir un movimiento cada vez más
fuerte. Llegó a un punto en el que la propia gravedad era la que hacía que el
puente continuase con aquel aleteo (ya en ese momento el fenómeno de resonancia
mecánica había desaparecido) hasta que el límite de elasticidad del puente fue
vencido, y esto llevó al derrumbe de aquella construcción. Pueden encontrar más
información acerca del fenómeno que allí tuvo lugar haciendo.
Este
puente, hecho de enormes y pesadas vigas de acero y hormigón, se encuentra en
suspensión sobre un desfiladero (Tacoma), y en estas condiciones ocurrió aquel
fatal accidente.
Fue
construido con los mejores materiales conocidos, y con una tecnología puntera.
Sus creadores llegaron a afirmar que nada podría echar abajo aquel puente… Y
finalmente fue un suave viento el que acabó con él. Actualmente, todos los
puentes se construyen de manera que este suceso no vuelva a repetirse. El
suceso de Tacoma Narrows es un punto de referencia para los Físicos e
Ingenieros, que se aseguran de garantizar la máxima seguridad en los puentes de
nueva construcción.
El día 7
de noviembre del año 1940 se produjo el indeseado derrumbe del Tacoma Narrows.
Afortunadamente, no hubo que lamentar víctimas mortales, excepto un perro al
que llamaban Tubby. Se encontraba dentro de un coche que pasaba por el puente,
pero sus dueños, aterrorizados, lo abandonaron y salieron corriendo del lugar.
Posteriormente, unas personas intentaron rescatar al animal, pero estaba
aterrorizado e incluso mordió a una de ellas. Cuando el puente se derrumbó,
aquel animal cayó con él.
Aquí les
dejo un vídeo de unos 2 minutos en el que se ve claramente el suceso
acontecido. Fue grabado por el propietario de un negocio local de fotografía, y
está archivado en el National Film Registry de Norte América.
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